El condicionamiento que significa estar endeudados

En septiembre del año pasado la UCIM difundió una nota de opinión denominada Un país sin proyecto en el cual marcábamos que no existe un proyecto claro
sobre hacia dónde se pretende que vaya el país.


Entonces, decíamos que los argentinos «tendríamos que estar debatiendo sobre cómo hacemos para generar riqueza, como mejoramos la educación para tener una población preparada, hacia dónde vamos a dirigir nuestros recursos, cuáles van a ser los ejes de la recuperación  y si nos vamos a encolumnar detrás de objetivos claros. Es algo  estructural», expresamos.


Tras la gira del presidente de la semana pasada queda claro: Tampoco hoy tenemos claro cuál va a ser nuestro rol en el mundo. Qué camino vamos a definir y con quienes vamos a aliarnos. 
Esto se refleja en una editorial del diario español El País que habló de riesgos de la «diplomacia marcada por las urgencias»; que mostró el viaje de Alberto Fernández por Rusia y China. «Apurado en busca de dinero fresco, el país; corre el peligro de buscarlo a cualquier precio», alerta la nota. La visita de Fernández en pleno conflicto entre Moscú y Ucrania en la que: «el presidente incluso lanzó dardos contra Washington, cuyo apoyo fue clave en las negociaciones con el Fondo y propuso a Putin que Argentina fuese «una puerta de entrada de Rusia en América Latina». Las palabras de Alberto Fernández, explica El País, «Cayeron muy mal en Washington, donde Argentina necesitó meses de arduo trabajo diplomático para conseguir un apoyo explícito a las conversaciones con el FMI».

En una descripción de nuestra situación económica, el periódico español describe que Argentina «registra niveles de emergencia … La inflación anual supera el 50%, el peso pierde valor cada día y la deuda externa se ha vuelto impagable. Las reservas del Banco Central no alcanzan para pagar el vencimiento de marzo con el FMI de 2900 millones de dólares, «solo posee una pequeña parte de los 19.000 millones de dólares que la Argentina debe pagar durante todo 2022. Apurado en busca de dinero fresco.

 En todos los niveles de la vida estar endeudado condiciona. No tener la independencia económica para actuar puede llevarnos a tomar decisiones erróneas. Tenemos de alguna manera y necesariamente que congraciarnos con nuestro acreedor y evitar enojarlo. Sobre todo si no estamos en condiciones de afrontar las deudas contraídas.
Nuestro presidente, no se preocupó por este tema y lejos de mantener la forma  criticó el «multilateralismo a ultranza» idea en la que Argentina apoya su política exterior. Esa actitud «lo lleva a hablar con todos sin comprometerse con nadie», dice El País. «Así se explica —sigue el texto— que, al mismo tiempo, Argentina pueda pedir el favor de Estados Unidos un día para tomar distancia al siguiente». Esa estrategia «se vuelve problemática cuando se ofrece una relación de brazos abiertos a un país que hoy está al frente de una escalada bélica que recuerda a las dinámicas de la Guerra Fría», afirma el escrito.

Para muestra sirve un botón expresa un dicho popular. Una vez más los argentinos nos sentimos dirigidos por gente que, en el mejor de los casos, no revela sus objetivos y no muestra una senda clara a seguir.

En un mundo globalizado mostrarnos fuertes, firmes, serios y sólidos ya no solo significa negocios sino una cantidad innumerable de aspectos que aportan al desarrollo y a la participación de decisiones que afectan a todos los países.

La pandemia demostró cómo las acciones de un país afectan al todo y los beneficios y perjuicios llegan a todos, lo queramos o no.
Marginarnos, aislarnos, tomar posturas marginales, confrontar abiertamente no nos ayudará a resolver nuestros problemas si no todo lo contrario.

Y finalizamos nuestra nota como lo hicimos hace unos meses: También a nivel internacional: «Debemos acordar objetivos que contribuyan a un programa, para construir bases serias y que finalmente, permitan el desarrollo y despegue de nuestro país». La Unión Comercial e Industrial de Mendoza,  entiende que se debe mostrar coherencia y seriedad en todos los aspectos, cuidando no dañar más la deteriorada imagen que lamentablemente tiene nuestro país en el exterior.

Y nos preguntamos cuando el Presidente Alberto Fernández pronuncia esas controvertidas frases o presentaciones, ¿lo hace en función de su carácter de Jefe de Gobierno del país o como miembro de un partido político? No debería perder de vista que representa a la totalidad de las vidas y los intereses de los argentinos.

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