El mal humor social sigue creciendo

Tanto economistas, como analistas y encuestas coinciden en el muy elevado “mal humor social» existente en nuestro país. 

Ciudadanos, empresarios, jóvenes, adultos, profesionales, con más o menos ingresos, vivimos desmotivados,malhumorados, nerviosos y sin ver salida a una situación que aflige.

Entre ellos, los empresarios pyme que se mueven en la economía formal y aquellos que han perdido sus negocios o han pasado a la informalidad para sostener a sus familias se encuentran en un «estado de rabia e impotencia» por el estado de pobreza y deterioro de la calidad de vida que los ha llevado la dirigencia nacional.

Tanto el Estado Nacional como las provincias hacen oídos sordos al tema de los impuestos abusivos y «asfixiantes». La inflación también se encuentra entre otro de los flagelos que impiden proyectarse semana a semana. Las autoridades económicas pronosticaron una inflación de 3% para marzo y resultó ser del 6.3%, el doble. No pueden parar al sector de alimentación principalmente. Lo que demuestra que las medidas de control de precio siguen resultando nada efectivas.

El enfrentamiento en el núcleo de la alianza gobernante que, en cualquier momento significaría un grave problema. En este momento, tan terminal como el que vivimos, es realmente catastrófico.

El país está sacudido por los beneficiarios de planes sociales que exigen aumentos porque con los planes no alcanza. El desmadre es absoluto y total.

Las empresas saben que después de Semana Santa se deprime más aún el trabajo y se acercan los despidos porque las paritarias van a ser muy duras. Las grandes empresas quizás puedan seguir sobreviviendo pero las pymes, van a continuar desapareciendo sin solución a la vista.

Los dos escenarios próximos a presentarse en las pymes del todo el país son  

1. Despidos y cierres

2. Pasar a la informalidad

Lo peor de todo es la falta de reacción de nuestra clase dirigente. Impávida observa todas estas situaciones y poco o nada hacen para frenar y solucionar la debacle que en todos los órdenes nos encontramos. Desde su “estado de confort“, (con honrosas excepciones) sigue sin querer interpretar lo que ya está en la boca de todos. 

Según informes, el humor social de los argentinos llegó a un mínimo histórico. Una encuesta indica que,  el 85% de los argentinos desconfía de los políticos. Resultado de esa desconfianza es que las expectativas a futuro nunca estuvieron tan bajas

Esto lo expresa una encuesta hecha por Taquion, dirigida por Sergio Doval, sobre humor social en base a la opinión de 2.531 personas, en la tercera semana de febrero 2022.

Apenas el 16% de los ciudadanos tiene sentimientos positivos sobre el futuro de la Argentina. La encuestadora muestra un panorama particularmente sombrío en el ánimo de los más jóvenes.

En el segmento por debajo de los 38 años, las expectativas positivas y el sentimiento de confianza y esperanza hacia el futuro ronda apenas el 12%. El resto siente incertidumbre, desconfianza y preocupación. 

El caso de los mayores es apenas un poco menos grave, pero la visión esperanzada de los “viejos” tampoco supera el 20%: aun los más “curtidos” en fracasos de la Argentina la ven negra.

El caso de los más jóvenes es, previsiblemente, el más alarmante: el85% de la Generación Z, que hoy tienen menos de 25 años, preferiría emigrar, si tuviera la oportunidad. 

En el caso de los millennials -de 25 a 38 años- es el75%. La generación siguiente, llamada en la jerga sociológica “X”, de 39 a 55 años, también preferiría emigrar, si pudiera, mayoritariamente: el 64%.

Solo los “Baby Boomers”, de más de 56 años -que por edad la tendrían más difícil para reiniciar sus vidas en otro país- prefieren mayoritariamente quedarse.

El humor social argentino se parece al de una sociedad en guerra con su clase dirigente.

 ¿Qué hacemos frente a esto?

El gobierno a pesar de acordar una renegociación con el FMI, no se anima a esbozar siquiera un mínimo plan económico propio.

Pero la oposición tampoco se atrevió hasta ahora a presentar ese plan que podría regenerar algo, las expectativas negras de los argentinos.

Lo sabemos, la clase política sale de la ciudadanía, eso es verdad. Pero también es verdad que nuestro país cuenta con especialistas destacados a quienes deberíamos convocar. Gente con verdadera vocación de servicio que podría contribuir algunos, a diseñar un plan a mediano y largo plazo y otros, a ejecutarlo, con los aportes de cada sector, sin partidismos, solo con vocación de sacarnos de esta maraña en la que nos encontramos.

Los argentinos necesitamos imperiosamente ponernos de acuerdo, no ser una potencia. Tenemos que ser un país con oportunidades para todos. Que busque el bien común y la dignidad de todos. Donde se pueda trabajar y estudiar, pero fundamentalmente comer, tener un techo sobre nuestras cabezas y abrigarnos. Ver crecer a nuestros hijos y nietos sabiendo que acá hay futuro.

Paremos la pelota. Recuperemos nuestros valores. Pensémonos como sociedad y estemos dispuestos a sacrificar intereses mezquinos, en pos del bien común.

Pero sobre todo señores políticos, dirigentes, funcionarios y oposición tengan en cuenta que estamos llegando a una situación límite y que esperamos mejores cosas de ustedes. El pueblo votó ya, hace dos años. No podemos esperar dos años más para empezar a proyectar. La responsabilidad de llevar un país adelante no puede estar condicionada por internas, caprichos, ineptitud o desidia.

Humildad, inteligencia, trabajo y vocación de servicio es lo que esperamos de ustedes.

Pero YA.

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