UCIM rechaza el proyecto a la Renta inesperada


La UCIM se ha posicionado claramente en contra del proyecto que pretende instaurar un impuesto a la Renta inesperada.

Esto por un sinnúmero de razones:

– Argentina cuenta con un sistema impositivo que posee más de 165 impuestos, lo que lo convierte en uno de los más salvajes del mundo, eso, si lo vemos en proporción a las obligaciones y los servicios que brinda el Estado. Entre ellos, como ya hemos manifestado, Ingresos Brutos, el más injusto y retrógrado de todos los impuestos. Estas imposiciones arrojan cada vez a más pymes al cierre o en la mayoría de los casos, a la informalidad.

La situación económica que soportamos desde hace décadas junto a los resultados provocados por la pandemia, nos encuentra en niveles de pobreza altísima y con una caída del consumo realmente preocupante.

La inflación con niveles altísimos, limita y empobrece aceleradamente a ciudadanos y empresas.

La permanente instauración de nuevos impuestos no hace más que espantar a posibles inversores, dado que no hay reglas de juego claras. Cada vez que un sector “asoma la cabeza”, por diversas coyunturas, la falta de ideas de las autoridades económicas nacionales o provinciales, del ejecutivo o legislativo, no hacen más que crear nuevas imposiciones.

Estas políticas, para nada impulsoras de la actividad productiva, comercial o de servicios, son diseñadas desde los escritorios de personas que no entienden las reales necesidades tanto del sector empresario, como de los empleados y eso les da un seguro estos de confort. No conocen de sostener una empresa, pagar las obligaciones, sueldos y contribuciones patronales.

La gente está mal, no llega a fin de mes, el humor social está muy efervescente y seguimos sin encontrar un rumbo. Las únicas herramientas existentes, parecen ser, controlar precios, generar planes sociales  y crear más impuestos.

La masa de contribuyentes es cada vez menor, especialistas manifiestan que, solo una pequeña porción de empresarios formales soportan a millones de quienes se mueven en la economía informal. De esta forma el país es inviable.

Pocas personas, sosteniendo un estado macrocefálico que busca garantizar su propio bien y continuar cargando a los formales de sus gastos y de la cada vez mayor cantidad de pobres, no puede ser sostenido de manera permanente.

Es imposible pensar en más impuestos.

Argentina tiene que generar riqueza y la riqueza no la produce la clase política, sino la empresa. Si la empresa tiene que cargarse al hombro esta responsabilidad, tiene que encontrar facilidades que le permitan producir, comerciar y brindar servicios. No más, sino menos impuestos y más fuentes de financiamiento y medidas que faciliten su tarea.

Si desaparece la empresa desaparecerán los contribuyentes. No podemos ser un país con 40 millones de beneficiarios de planes sociales. 

Estamos rodeados de países que tienen un promedio de 6 impuestos. Son nuestros vecinos. Esto demuestra que se puede vivir manejando eficientemente las cuentas públicas y administrando un estado con las dimensiones indispensables.

El Estado no debe administrar empresas, ni ser una fuente de empleo con sueldos escandalosos, ni una caja de fondos para repartir con metas electoralistas. El Estado debe garantizar educación, salud, seguridad y justicia y dirigir el funcionamiento de la Economía.

La empresa tiene que producir, comerciar, brindar servicios, generar empleo, riqueza y volcarla a la sociedad.

¿Hay voluntad política de hacer bien las cosas?

Aunque no se conocen los pormenores de este proyecto, los empresarios tenemos en claro que la “renta inesperada” en caso de producirse, tiene un destino: pagar préstamos, servicios e impuestos atrasados, dejados por la parálisis de la pandemia y también afrontar los aumentos salariales que trae como consecuencia la inflación y el constante incremento de precios de todo. 

Más allá de las dimensiones de las empresas, a donde apunta el cobro de estos impuestos, la realidad muestra que las que subsistieron a la pandemia, tienen por delante un largo camino para recuperar sus niveles de pre-pandemia. Por sobre todas las cosas, su obligación y razón de ser, está en seguir sobreviviendo.

No queremos más impuestos que sigan financiando un estado carísimo y sin rumbo. Hay otros caminos si se quiere recaudar y crecer, que en reiteradas ocasiones hemos mencionado, como lo es la disminución de la carga impositiva a la actividad productiva y la ampliación de la base contributiva, por nombrar solo una.

Queremos más educación, salud, seguridad y un plan económico que aliente a las empresas, realista y con futuro.

Share on facebook
Facebook
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn
Share on whatsapp
WhatsApp