Apoyo e incentivos al sector privado: Una de las claves para el despegue del país

La Argentina viene de un proceso recesivo que se extiende mas allá de la Pandemia por Covid 19, con crecimiento moderados a negativos en la última década, que fueron diezmados por los efectos que produjo y está produciendo en el mundo, la pandemia que azota al planeta. Mas allá de esta catástrofe económica y social que se produce por este fenómeno extraordinario, estructuralmente la Argentina es un país que no logro históricamente  en el mediano – corto plazo, alinearse en un sendero de crecimiento que permita al para salir de los desequilibrios en los que se encuentra inmerso, llámase inflación, desocupación, incremento desmedido de la pobreza y de la indigencia, deterioro paulatino de la moneda, ingreso real de los habitantes y aislamiento del mundo por nombrar solo algunos fenómenos que se encuentra atravesando. La Pandemia que estamos atravesando, y que aun está causando efectos negativos en la economía y la sociedad mundial, no ha hecho mas que agravar esta situación y poner sobre el tapete y en forma explícita una serie de desequilibrios estructurales que deben ser abordados con la suficiente madurez política de los organismos de decisión y encarado en forma definitiva. Hay que realizar reformas para que el país vuelva paulatinamente a tomar el sendero de la viabilidad.

Sin ningún lugar a dudas, uno de los sectores mas castigados y que mayor impacto sufrió por la Pandemia es el Sector Privado, generador de riqueza genuina y empleo de calidad. Las medidas de restricción y de parálisis de actividades y su paulatina flexibilización, impactaron de forma desmesurada a un sector privado que lógicamente,  es quien soporta la estructura de la Economía de un país. La disminución de la participación relativa en la economía del sector privado en este último tiempo, y la implementación urgente de  medidas que impacten directamente en su recuperación, han llevado a un estado de situación que amerita un replanteo urgente y un golpe de timón como el único camino posible para trazar un sendero de crecimiento sustentable en el tiempo.

Por los efectos propios de la pandemia, el Estado Nacional,  ha debido tomar y está tomando una serie de medidas tendientes a ofrecer paliativos a la economía en su conjunto con el fin de evitar una catástrofe sanitaria y social, vinculados al otorgamiento de incentivos a distintos sectores de la sociedad, lo que lleva asociado un costo implícito en términos de recursos que han configurado un Estado con un déficit fiscal en crecimiento, y por momentos incontrolable, y cuya financiación, que naturalmente debería ser abordada por los impuestos y demás recursos genuinos disponibles, no ha logrado ser cubierta. Esta necesidad de financiamiento, se ha tenido que cubrir con Emisión Monetaria via asistencia del BCRA al tesoro Nacional, que ha provocado la inyección de recursos monetarios en forma artificial sin su correspondiente contrapartida en el nivel de producción nacional lo cual, sumado a otros desequilibrios crónicos ha llevado a niveles de inflación muy difíciles de manejar. Son decisiones políticas que en mayor o menor medida dieron sus resultados, y frente a una economía paralizada, fue uno de los únicos caminos disponibles para sobrellevar los efectos de un fenómeno en un principio totalmente desconocido y desconcertante. Todas estas medidas impactaron en mayor o menor medida en los distintos sectores de la economía, generando en ciertos sectores, impactos de distinta índole,  que es necesario revertir y volver a su normal dinámica.

La salida de este estado de situación, amerita medidas de fondo cuyos efectos derraman beneficios al resto de las variables desequilibradas: de esta forma y solo para dar una idea de lo que se quiere expresar, se necesita crecimiento genuino en el país, el que  impactará  directamente en el nivel de actividad ( incremento en el nivel de empleo), con el consecuente aumento de los niveles de producción y disponibilidad de bienes y servicios ( crecimiento económico, aumento de la recaudación asociado a mayores niveles de producción, impacto directo en la disminución del  déficit fiscal y la inflación). La mayor disponibilidad de bienes y servicios, indudablemente consecuencia del fomento de la competencia y mejora en la productividad impactarán directamente en el nivel general de precios, pues la oferta podrá hacer frente a la demanda de bienes en crecimiento,  hasta que se logre el equilibrio de mercado que permita estabilizar el nivel general de precios. Un mayor nivel de producción no solo permitirá hacer frente al mercado interno y su demanda, sino que paulatinamente permitirá generar excedentes exportables colocables en el exterior (se necesitan con urgencia medidas que mejoren la competitividad como condición necesaria), lo que haría que el país disponga de divisas adicionales a través de su ingreso genuino mediante operaciones de Comercio Exterior, divisas para hacer frente no solo a las obligaciones contraídas con los organismos de crédito internacional, sino también a la demanda interna y demanda de divisas para importar, tan necesarias para el crecimiento y dinamización de la actividad económica, principalmente en aquellas actividades con altos componentes importados no producidos por el país y componentes de capital de origen extranjeros (El modelo económico argentino ya está sufriendo a pleno la maldición del “tres a uno” y es la fórmula en la que coinciden todos los economistas y que afirma que, por cada punto de recuperación del PBI, se necesita que crezcan tres puntos las importaciones. El síntoma más evidente es la industria automotriz, que pese a la gran demanda del mercado interno se encuentra con dificultades para acompañar el ritmo de compras por las dificultades para importar insumos).

Evidentemente el desarrollo expresado reviste cierta simplicidad, pero básicamente trata de reflejar el importante papel que juega el sector privado en la dinámica económica en el común de los países y es a lo que aspiran a pesar de las dificultades de coyuntura,  tratando de poner en relevancia el papel fundamental del apoyo al sector privado para que logre su máximo potencial como punto de partida para el despegue de la economía de un país. Bajo esta premisa, y obligados por lo urgente de la coyuntura, medidas que apuntalen la recuperación del motor de la economía se hacen absolutamente imprescindibles, y básicamente en el contexto que atraviesa el país, se podrían resumir en las siguientes:

  • Reforma Laboral: replanteo de la estructura de contratación de personal formal, que lleva asociados costos laborales excesivos que fomentan directamente la informalidad en todas sus formas, e incluiría no solo medidas sensatas a la hora de contratar personal, sino también medidas que permitan la libre movilidad de mano de obra como factor productivo dentro de las distintas actividades y entre ellas, sin dejar de tener en cuenta el importante componente que es la cobertura médica y social del trabajador que es un tema que esta fuera de discusión. 
  • Reforma Impositiva: Un tema por demás complejo para desarrollar, el país cuenta con una estructura impositiva que roza la inviabilidad y con una presión fiscal entre las mayores a nivel mundial. Es menester el estudio y la reconfiguración del sistema impositivo de forma tal que no desincentive la producción ni le agregue costos adicionales que quiten competitividad y atenten contra la competencia y la iniciativa privada y de producción, sin dejar de tener en cuenta que los impuestos son la fuente legitima de financiamiento del Estado en todos sus ámbitos.
  • Incentivos Fiscales: en relación al punto anterior, la generación de incentivos fiscales apuntados a actividades mas afectadas por la pandemia y que ayuden lograr niveles de actividad similares o superiores a los niveles prepandemia. Esto implica esfuerzos fiscales adicionales, que se debe configurar de forma tal que los beneficios permanentes asociados a una mayor actividad,  mas que compensen los costos fiscales de estas medidas, que tendrían carácter excepcional  e impregnando de la racionalidad correspondiente. Las herramientas para lograr esto van desde moratorias accesibles con importantes periodos de gracia hasta condonación de deudas fiscales para actividades que realmente acrediten haber sido fuertemente perjudicadas en su normal funcionamiento. Se debería planear estratégicamente un sistema de recuperación de actividades mas afectadas (se destaca el Turismo y servicios vinculados), y una matriz de incentivo que apunte a los sectores que aporten valor agregado a la producción nacional.
  • Medidas de incentivo a la contratación formal: Beneficios concretos en las nuevas contrataciones que motiven al empleador optar sin lugar a dudas optar por la formalidad al momento de contratar nueva mano de obra. En este sentido, tanto a nivel nacional como provincial hay programas que orientan sus objetivos.
  • Sistema Financiero al servicio del Capital Productivo y no al especulativo: Tanto las herramientas de financiamiento públicas como privadas deben estar configuradas para apalancar al sistema productivo en todos sus niveles, y no orientarse a ganancias financieras de tipo especulativo como en la actualidad. El retorno que ofrece financiar al Estado Nacional dista mucho de hacer convenientes alternativas que se orienten al Capital Productivo, lo que hace prohibitivo acceder a créditos para la producción viables y suma factores adicionales que atentan contra la reactivación.

El listado puede seguir y con seguridad los organismos de decisión cuentan con las herramientas y el conocimiento para configurar un sistema de incentivos inteligente que siente las bases de un crecimiento sostenible y permanente en el tiempo. En definitiva, el fin último de estas políticas debería buscan impactar directamente en la Oferta (Shock de oferta y Producción), de forma de hacer crecer la disponibilidad de bienes y servicios lo mas cercano al potencial del país, tendiendo a generar las condiciones mínimas para aplicar políticas redistributivas eficientes y efectivas (por demás necesarias en situaciones como las que atravesamos), sin que ello impacte directamente en la inflación como aparentemente esta sucediendo… En definitiva la urgencia del país radica en hacer crecer su riqueza con derrame en el bienestar general, y eso se logrará haciendo atractivo al país para la inversión…. y es el sector privado, con la ayuda de un Estado que acompañe,  el principal actor.

https://www.losandes.com.ar/economia/incentivos-el-sector-privado-la-clave-para-el-despegue-del-pais/

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